J. K. Rowling, la célebre autora de la serie de libros de Harry Potter, declaró a la prensa esta semana que estaría trabajando en una nueva entrega de su clásica serie de aventuras de jóvenes magos, esta vez basada en una fuerte idea central: así como Harry Potter murió en el último libro de la saga, en esta nueva entrega el que morirá será el lector.
Cuestionada sobre cómo va a lograr semejante efecto literario desde el mundo de la fantasía, la escritora británica declaró: “Tengo mucho dinero, muchísimo. No se imaginan lo que cobré en regalías y derechos de autor para dejar que hicieran esas películas horriblemente aburridas. Pienso utilizar mi basta fortuna para contratar un ejército de sicarios que vaya casa por casa aniquilando a todos los que hayan comprado un ejemplar.”
Ante nuestra objeción de que semejante plan puede resultar muy poco práctico, la creadora de Hogwarts alegó: “La practicidad y el sentido no son un problema para mí. Përdí todo ánimo de coherencia después de la cuarta parte. De ahí en adelante, contraté un equipo de escritores jóvenes y anónimos que básicamente fuman marihuana y escriben cualquier delirio que se les venga a la mente. Así que no, que el plan no tenga coherencia no es algo que me preocupe.”
Al notarnos no del todo convencidos con su argumento, la guionista prosiguió: “Igual todos los que realmente dedican su vida a estudiar las aventuras de un adolescente mago imaginario ya están muertos por dentro, no? Esto sería más una forma de terminar de convertir en realidad sus deseos, que claramente son los de refugiarse en un reino de fantasías infantiles; en lugar de aceptar ser un adulto, con responsabilidades y obligaciones.”