Juntas vecinales de todo el país se han visto conmocionadas esta semana después de que un robot gigante aterrorizara las calles, montando una matanza que se cobró la vida de por lo menos 200 personas y derribando 11 edificios. Zitro Matrix AC II, el protagonista de esta tragedia, fue detenido por un equipo de super-científicos momentos después de aterrizar aunque, para ese entonces, los daños ya eran irreparables.

Cuando la policía se acercó a los padres del robot Zitro, la angustiada pareja declaró que su hijo se pasaba horas mirando dibujos violentos de animé, donde otros robots gigantes destruyen ciudades enteras de forma despiadada.

A veces se pasaba horas frente a la computadora, mirando temporada tras temporada de Robotech, Evangelion y Mazinger“, nos contó entre lágrimas la madre. “Pensábamos que era solo un pasatiempo, pero de pronto notamos que cada vez se obsesionaba más y más. Perdió interés en sus amigos, empezó a sacar malas notas en la escuela… deberíamos haber hablado con él antes…“.

Para conocer el otro lado de la historia, nos acercamos al actual portavoz del Ministerio de Animé de Japón, doctor Mitsuto Natashi, quién a pesar de verse conmovido, pidió que se pusiera el foco de la atención en las causas originales del robocidio: “Es muy fácil culpar a los dibujos animados, pero la realidad es que nosotros no nos podemos hacer cargo de cómo los padres crían a sus robots gigantes. Si ellos les dan permiso de portar armas supertrónicas eléctricas y misiles condensados de flujo cuántico, entonces están dejando la puerta abierta a que sucedan estas cosas.