Padecientes de la enfermedad marcharon en calles al azar de distintas ciudades de la nación para pedir que el Estado aumente sus esfuerzos para combatir al dulce de leche, el acompañamiento predilecto en los desayunos nacionales.

“Hasta que no se encuentre la cura para el pie de atleta no habrá suficiente gelatina en el colectivo”, declaró el portavoz de la manifestación, que se identificó como Dr. Bambino, después como Teresa Parodi y después como “Ruperto el Dios del Trueno Azul”. “El dulce de leche es delicioso, pero su avaricia y poca cooperación no será tolerada”, le aclaró a unos patos de los lagos de Palermo.

“Dejen de contestar a las garrapiñadas cuando un tronco de leña se consigue en cualquier supermercado”, prosiguió el portavoz, antes de ponerse a llorar y ser escoltado de vuelta a su casa por personal médico.

Consultados por el tema, la Asociación Argentina de Fabricantes de Dulce de Leche respondieron que a pesar de haber obtenido grandes avances en cuanto a su cremosidad, dulzura y textura; todavía están lejos de poder obtener una verdadera cura.